Nos encontramos dentro de una de las sesiones más simbólicas para las familias. ¡Qué maravilloso es poder ver e inmortalizar el desarrollo de nuestros más pequeños! ¡Y qué mejor forma que hacerlo que me dejéis ser partícipe de ello! Sin duda, me hace mucha ilusión que me permitáis captar estos momentos tan especiales para vosotros y para mí. Considero muy importante el núcleo familiar y es por eso que, tanto los papás como sus hermanitos, podrán participar de manera activa con el pequeño e inmortalizar nuevos momentos juntos.
Este tipo de sesiones se realizan aproximadamente sobre los 5, 8 y 12 meses de edad. ¿Y por qué aproximadamente? Bien, los niños no se desarrollan todos ni al mismo tiempo, ni del mismo modo. Esto depende de muchos factores y de la maduración del infante. Es decir, no todos los niños a los 5 meses, por ejemplo, van a poder realizar las mismas acciones. Para que tengáis una pequeña orientación de lo que son capaces de realizar alrededor de esos meses en los que recomiendo y suelo realizar las sesiones, podemos observar que:
Para que podamos realizar fotografías en las que el niño nos vaya proporcionando movimientos naturales propios de él en cuanto a su desarrollo, iré informándome con las familias de cómo va su proceso madurativo. Como, por ejemplo; si ya puede gatear, puede sentarse, se coloca él de ladito, etc. Estas sesiones harán que veamos con más claridad la evolución de nuestros pequeños en sus procesos motores además de, obviamente, los que palpamos a simple vista como son, sus cambios físicos.
Insisto en que es de vital importancia que nuestros más pequeños se encuentren en climas y ambientes totalmente cómodos y seguros, por lo que estas sesiones se realizan en el estudio. Además, se primará siempre las necesidades de los niños, por tanto, la duración de cada una de sesiones es de aproximadamente 30 minutos.
Poneros en contacto conmigo y compartid vuestras ideas para un día especial.